Paso 152

Estudio

     

Job 36

1 Y AÑADIO Eliú, y dijo:

2 Espérame un poco, y enseñarte he; Porque todavía tengo razones en orden á Dios.

3 Tomaré mi noticia de lejos, Y atribuiré justicia á mi Hacedor.

4 Porque de cierto no son mentira mis palabras; Contigo está el que es íntegro en sus conceptos.

5 He aquí que Dios es grande, mas no desestima á nadie; Es poderoso en fuerza de sabiduría.

6 No otorgará vida al impío, Y á los afligidos dará su derecho.

7 No quitará sus ojos del justo; Antes bien con los reyes los pondrá en solio para siempre, Y serán ensalzados.

8 Y si estuvieren prendidos en grillos, Y aprisionados en las cuerdas de aflicción,

9 El les dará á conocer la obra de ellos, Y que prevalecieron sus rebeliones.

10 Despierta además el oído de ellos para la corrección, Y díce les que se conviertan de la iniquidad.

11 Si oyeren, y le sirvieren, Acabarán sus días en bien, y sus años en deleites.

12 Mas si no oyeren, serán pasados á cuchillo, Y perecerán sin sabiduría.

13 Empero los hipócritas de corazón lo irritarán más, Y no clamarán cuando él los atare.

14 Fallecerá el alma de ellos en su mocedad, Y su vida entre los sodomitas.

15 Al pobre librará de su pobreza, Y en la aflicción despertará su oído.

16 Asimismo te apartaría de la boca de la angustia A lugar espacioso, libre de todo apuro; Y te asentará mesa llena de grosura.

17 Mas tú has llenado el juicio del impío, En vez de sustentar el juicio y la justicia.

18 Por lo cual teme que en su ira no te quite con golpe, El cual no puedas apartar de ti con gran rescate.

19 ¿Hará él estima de tus riquezas, ni del oro, Ni de todas las fuerzas del poder?

20 No anheles la noche, En que desaparecen los pueblos de su lugar.

21 Guárdate, no tornes á la iniquidad; Pues ésta escogiste más bien que la aflicción.

22 He aquí que Dios es excelso con su potencia; ¿Qué enseñador semejante á él?

23 ¿Quién le ha prescrito su camino? ¿Y quién le dirá: Iniquidad has hecho?

24 Acuérdate de engrandecer su obra, La cual contemplan los hombres.

25 Los hombres todos la ven; Mírala el hombre de lejos.

26 He aquí, Dios es grande, y nosotros no le conocemos; Ni se puede rastrear el número de sus años.

27 El reduce las gotas de las aguas, Al derramarse la lluvia según el vapor;

28 Las cuales destilan las nubes, Goteando en abundancia sobre los hombres.

29 ¿Quién podrá tampoco comprender la extensión de las nubes, Y el sonido estrepitoso de su pabellón?

30 He aquí que sobre él extiende su luz, Y cobija con ella las raíces de la mar.

31 Bien que por esos medios castiga á los pueblos, A la multitud da comida.

32 Con las nubes encubre la luz, Y mándale no brillar, interponiendo aquéllas.

33 Tocante á ella anunciará el trueno, su compañero, Que hay acumulación de ira sobre el que se eleva.

Job 37

1 A ESTO también se espanta mi corazón, Y salta de su lugar.

2 Oid atentamente su voz terrible, y el sonido que sale de su boca.

3 Debajo de todos los cielos lo dirige, Y su luz hasta los fines de la tierra.

4 Después de ella bramará el sonido, Tronará él con la voz de su magnificencia; Y aunque sea oída su voz, no los detiene.

5 Tronará Dios maravillosamente con su voz; El hace grandes cosas, que nosotros no entendemos.

6 Porque á la nieve dice: Desciende á la tierra; También á la llovizna, Y á los aguaceros de su fortaleza.

7 Así hace retirarse á todo hombre, Para que los hombres todos reconozcan su obra.

8 La bestia se entrará en su escondrijo, Y estaráse en sus moradas.

9 Del mediodía viene el torbellino, Y el frío de los vientos del norte.

10 Por el soplo de Dios se da el hielo, Y las anchas aguas son constreñidas.

11 Regando también llega á disipar la densa nube, Y con su luz esparce la niebla.

12 Asimismo por sus designios se revuelven las nubes en derredor, Para hacer sobre la haz del mundo, En la tierra, lo que él les mandara.

13 Unas veces por azote, otras pos causa de su tierra, Otras por misericordia las hará parecer.

14 Escucha esto, Job; Repósate, y considera las maravillas de Dios.

15 ¿Supiste tú cuándo Dios las ponía en concierto, Y hacía levantar la luz de su nube?

16 ¿Has tú conocido las diferencias de las nubes, Las maravillas del Perfecto en sabiduría?

17 ¿Por qué están calientes tus vestidos Cuando se fija el viento del mediodía sobre la tierra?

18 ¿Extendiste tú con él los cielos, Firmes como un espejo sólido?

19 Muéstranos qué le hemos de decir; Porque nosotros no podemos componer las ideas á causa de las tinieblas.

20 ¿Será preciso contarle cuando yo hablaré? Por más que el hombre razone, quedará como abismado.

21 He aquí aún: no se puede mirar la luz esplendente en los cielos, Luego que pasa el viento y los limpia,

22 Viniendo de la parte del norte la dorada claridad. En Dios hay una majestad terrible.

23 El es Todopoderoso, al cual no alcanzamos, grande en potencia; Y en juicio y en multitud de justicia no afligirá.

24 Temerlo han por tanto los hombres: El no mira á los sabios de corazón.

Job 38

1 Y RESPONDIO Jehová á Job desde un torbellino, y dijo:

2 ¿Quién es ése que oscurece el consejo Con palabras sin sabiduría?

3 Ahora ciñe como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y hazme saber tú.

4 ¿Dónde estabas cuando yo fundaba la tierra? Házme lo saber, si tienes inteligencia.

5 ¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel?

6 ¿Sobre qué están fundadas sus basas? ¿O quién puso su piedra angular,

7 Cuando las estrellas todas del alba alababan, Y se regocijaban todos los hijos de Dios?

8 ¿Quién encerró con puertas la mar, Cuando se derramaba por fuera como saliendo de madre;

9 Cuando puse yo nubes por vestidura suya, Y por su faja oscuridad.

10 Y establecí sobre ella mi decreto, Y le puse puertas y cerrojo,

11 Y dije: Hasta aquí vendrás, y no pasarás adelante, Y ahí parará la hinchazón de tus ondas?

12 ¿Has tu mandado á la mañana en tus días? ¿Has mostrado al alba su lugar,

13 Para que ocupe los fines de la tierra, Y que sean sacudidos de ella los impíos?

14 Trasmúdase como lodo bajo de sello, Y viene á estar como con vestidura:

15 Mas la luz de los impíos es quitada de ellos, Y el brazo enaltecido es quebrantado.

16 ¿Has entrado tú hasta los profundos de la mar, Y has andado escudriñando el abismo?

17 ¿Hante sido descubiertas las puertas de la muerte, Y has visto las puertas de la sombra de muerte?

18 ¿Has tú considerado hasta las anchuras de la tierra? Declara si sabes todo esto.

19 ¿Por dónde va el camino á la habitación de la luz, Y dónde está el lugar de las tinieblas?

20 ¿Si llevarás tú ambas cosas á sus términos, Y entenderás las sendas de su casa?

21 ¿Sabíaslo tú porque hubieses ya nacido, O porque es grande el número de tus días?

22 ¿Has tú entrado en los tesoros de la nieve, O has visto los tesoros del granizo,

23 Lo cual tengo yo reservado para el tiempo de angustia, Para el día de la guerra y de la batalla?

24 ¿Por qué camino se reparte la luz, Y se esparce el viento solano sobre la tierra?

25 ¿Quién repartió conducto al turbión, Y camino á los relámpagos y truenos,

26 Haciendo llover sobre la tierra deshabitada, Sobre el desierto, donde no hay hombre,

27 Para hartar la tierra desierta é inculta, Y para hacer brotar la tierna hierba?

28 ¿Tiene la lluvia padre? ¿O quién engendró las gotas del rocío?

29 ¿De qué vientre salió el hielo? Y la escarcha del cielo, ¿quién la engendró?

30 Las aguas se endurecen á manera de piedra, Y congélase la haz del abismo.

31 ¿Podrás tú impedir las delicias de las Pléyades, O desatarás las ligaduras del Orión?

32 ¿Sacarás tú á su tiempo los signos de los cielos, O guiarás el Arcturo con sus hijos?

33 ¿Supiste tú las ordenanzas de los cielos? ¿Dispondrás tú de su potestad en la tierra?

34 ¿Alzarás tú á las nubes tu voz, Para que te cubra muchedumbre de aguas?

35 ¿Enviarás tú los relámpagos, para que ellos vayan? ¿Y diránte ellos: Henos aquí?

36 ¿Quién puso la sabiduría en el interior? ¿O quién dió al entendimiento la inteligencia?

37 ¿Quién puso por cuenta los cielos con sabiduría? Y los odres de los cielos, ¿quién los hace parar,

38 Cuando el polvo se ha convertido en dureza, Y los terrones se han pegado unos con otros?

39 (H39-1) ¿CAZARAS tú la presa para el león? ¿Y saciarás el hambre de los leoncillos,

40 (H39-2) Cuando están echados en las cuevas, O se están en sus guaridas para acechar?

41 (H39-3) ¿Quién preparó al cuervo su alimento, Cuando sus pollos claman á Dios, Bullendo de un lado á otro por carecer de comida?

Job 39:1-12

1 (H39-4) ¿Sabes tú el tiempo en que paren las cabras monteses? ¿O miraste tú las ciervas cuando están pariendo?

2 (H39-5) ¿Contaste tú los meses de su preñez, Y sabes el tiempo cuando han de parir?

3 (H39-6) Encórvanse, hacen salir sus hijos, Pasan sus dolores.

4 (H39-7) Sus hijos están sanos, crecen con el pasto: Salen y no vuelven á ellas.

5 (H39-8) ¿Quién echó libre al asno montés, y quién soltó sus ataduras?

6 (H39-9) Al cual yo puse casa en la soledad, Y sus moradas en lugares estériles.

7 (H39-10) Búrlase de la multitud de la ciudad: No oye las voces del arriero.

8 (H39-11) Lo oculto de los montes es su pasto, Y anda buscando todo lo que está verde.

9 (H39-12) ¿Querrá el unicornio servirte á ti, Ni quedar á tu pesebre?

10 (H39-13) ¿Atarás tú al unicornio con su coyunda para el surco? ¿Labrará los valles en pos de ti?

11 (H39-14) ¿Confiarás tú en él, por ser grande su fortaleza, Y le fiarás tu labor?

12 (H39-15) ¿Fiarás de él que te tornará tu simiente, Y que la allegará en tu era?