Paso 162

Estudio

     

Salmos 33:6-22

6 Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el espíritu de su boca.

7 El junta como en un montón las aguas de la mar: El pone en depósitos los abismos.

8 Tema á Jehová toda la tierra: Teman de él todos los habitadores del mundo.

9 Porque él dijo, y fué hecho; El mandó, y existió.

10 Jehová hace nulo el consejo de las gentes, Y frustra las maquinaciones de los pueblos.

11 El consejo de Jehová permanecerá para siempre; Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.

12 Bienaventurada la gente de que Jehová es su Dios; El pueblo á quien escogió por heredad para sí.

13 Desde los cielos miró Jehová; Vió á todos los hijos de los hombres:

14 Desde la morada de su asiento miró Sobre todos los moradores de la tierra.

15 El formó el corazón de todos ellos; El considera todas sus obras.

16 El rey no es salvo con la multitud del ejército: No escapa el valiente por la mucha fuerza.

17 Vanidad es el caballo para salvarse: Por la grandeza de su fuerza no librará.

18 He aquí, el ojo de Jehová sobre los que le temen, Sobre los que esperan en su misericordia;

19 Para librar sus almas de la muerte, Y para darles vida en el hambre.

20 Nuestra alma esperó á Jehová; Nuestra ayuda y nuestro escudo es él.

21 Por tanto en él se alegrará nuestro corazón, Porque en su santo nombre hemos confiado.

22 Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros, Como esperamos en ti.

Salmos 34

1 Salmo de David, cuando mudó su semblante delante de Abimelech, y él lo echó, y fuése. BENDECIRÉ á Jehová en todo tiempo; Su alabanza será siempre en mi boca.

2 En Jehová se gloriará mi alma: Oiránlo los mansos, y se alegrarán.

3 Engrandeced á Jehová conmigo, Y ensalcemos su nombre á una.

4 Busqué á Jehová, y él me oyó, Y libróme de todos mis temores.

5 A él miraron y fueron alumbrados: Y sus rostros no se avergonzaron.

6 Este pobre clamó, y oyóle Jehová, Y librólo de todas sus angustias.

7 El ángel de Jehová acampa en derredor de los que le temen, Y los defiende.

8 Gustad, y ved que es bueno Jehová: Dichoso el hombre que confiará en él.

9 Temed á Jehová, vosotros sus santos; Porque no hay falta para los que le temen.

10 Los leoncillos necesitaron, y tuvieron hambre; Pero los que buscan á Jehová, no tendrán falta de ningún bien.

11 Venid, hijos, oidme; El temor de Jehová os enseñaré.

12 ¿Quién es el hombre que desea vida, Que codicia días para ver bien?

13 Guarda tu lengua de mal, Y tus labios de hablar engaño.

14 Apártate del mal, y haz el bien; Busca la paz, y síguela.

15 Los ojos de Jehová están sobre los justos, Y atentos sus oídos al clamor de ellos.

16 La ira de Jehová contra los que mal hacen, Para cortar de la tierra la memoria de ellos.

17 Clamaron los justos, y Jehová oyó, Y librólos de todas sus angustias.

18 Cercano está Jehová á los quebrantados de corazón; Y salvará á los contritos de espíritu.

19 Muchos son los males del justo; Mas de todos ellos lo librará Jehová.

20 El guarda todos sus huesos; Ni uno de ellos será quebrantado.

21 Matará al malo la maldad; Y los que aborrecen al justo serán asolados.

22 Jehová redime el alma de sus siervos; Y no serán asolados cuantos en él confían.

Salmos 35:1-21

1 Salmo de David. DISPUTA, oh Jehová, con los que contra mí contienden; Pelea con los que me combaten.

2 Echa mano al escudo y al pavés, Y levántate en mi ayuda.

3 Y saca la lanza, cierra contra mis perseguidores; Di á mi alma: Yo soy tu salud.

4 Avergüéncense y confúndanse los que buscan mi alma: Vuelvan atrás, y sean avergonzados los que mi mal intentan.

5 Sean como el tamo delante del viento; Y el ángel de Jehová los acose.

6 Sea su camino oscuridad y resbaladeros; Y el ángel de Jehová los persiga.

7 Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo; Sin causa hicieron hoyo para mi alma.

8 Véngale el quebrantamiento que no sepa, Y su red que escondió lo prenda: Con quebrantamiento en ella caiga.

9 Y gócese mi alma en Jehová; Y alégrese en su salud.

10 Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú, Que libras al afligido del más fuerte que él, Y al pobre y menesteroso del que le despoja?

11 Levantáronse testigos falsos; Demandáronme lo que no sabía;

12 Volviéronme mal por bien, Para abatir á mi alma.

13 Mas yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de saco; Afligí con ayuno mi alma, Y mi oración se revolvía en mi seno.

14 Como por mi compañero, como por mi hermano andaba; Como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba.

15 Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron; Juntáronse contra mí gentes despreciables, y yo no lo entendía: Despedazábanme, y no cesaban;

16 Con los lisonjeros escarnecedores truhanes, Crujiendo sobre mí sus dientes.

17 Señor, ¿hasta cuándo verás esto? Recobra mi alma de sus quebrantamientos, mi única de los leones.

18 Te confesaré en grande congregación; Te alabaré entre numeroso pueblo.

19 No se alegren de mí mis enemigos injustos: Ni los que me aborrecen sin causa hagan del ojo.

20 Porque no hablan paz; Y contra los mansos de la tierra piensan palabras engañosas.

21 Y ensancharon sobre mí su boca; Dijeron: ­Ea, ea, nuestros ojos lo han visto!