Paso 164

Estudio

     

Salmos 37:27-40

27 Apártate del mal, y haz el bien, Y vivirás para siempre.

28 Porque Jehová ama la rectitud, Y no desampara sus santos: Mas la simiente de los impíos será extirpada.

29 Los justos heredarán la tierra, Y vivirán para siempre sobre ella.

30 La boca del justo hablara sabiduría; Y su lengua proferirá juicio.

31 La ley de su Dios está en su corazón; Por tanto sus pasos no vacilarán.

32 Acecha el impío al justo, Y procura matarlo.

33 Jehová no lo dejará en sus manos, Ni lo condenará cuando le juzgaren.

34 Espera en Jehová, y guarda su camino, Y él te ensalzará para heredar la tierra: Cuando serán talados los pecadores, lo verás.

35 Vi yo al impío sumamente ensalzado, Y que se extendía como un laurel verde.

36 Empero pasóse, y he aquí no parece; Y busquélo, y no fué hallado.

37 Considera al íntegro, y mira al justo: Que la postrimería de cada uno de ellos es paz.

38 Mas los transgresores fueron todos á una destruídos: La postrimería de los impíos fué talada.

39 Pero la salvación de los justos es de Jehová, Y él es su fortaleza en el tiempo de angustia.

40 Y Jehová los ayudará, Y los librará: y libertarálos de los impíos, y los salvará, Por cuanto en él esperaron.

Salmos 38

1 Salmo de David, para recordar. JEHOVA, no me reprendas en tu furor, Ni me castigues en tu ira.

2 Porque tus saetas descendieron á mí, Y sobre mí ha caído tu mano.

3 No hay sanidad en mi carne á causa de tu ira; Ni hay paz en mis huesos á causa de mi pecado.

4 Porque mis iniquidades han pasado mi cabeza: Como carga pesada se han agravado sobre mí.

5 Pudriéronse, corrompiéronse mis llagas, A causa de mi locura.

6 Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera, Ando enlutado todo el día.

7 Porque mis lomos están llenos de irritación, Y no hay sanidad en mi carne.

8 Estoy debilitado y molido en gran manera; Bramo á causa de la conmoción de mi corazón.

9 Señor, delante de ti están todos mis deseos; Y mi suspiro no te es oculto.

10 Mi corazón está acongojado, hame dejado mi vigor; Y aun la misma luz de mis ojos no está conmigo.

11 Mis amigos y mis compañeros se quitaron de delante de mi plaga; Y mis cercanos se pusieron lejos.

12 Y los que buscaban mi alma armaron lazos; Y los que procuraban mi mal hablaban iniquidades, Y meditaban fraudes todo el día.

13 Mas yo, como si fuera sordo no oía; Y estaba como un mudo, que no abre su boca.

14 Fuí pues como un hombre que no oye, Y que en su boca no tiene reprensiones.

15 Porque á ti, oh Jehová, esperé yo: Tú responderás, Jehová Dios mío.

16 Porque dije: Que no se alegren de mí: Cuando mi pie resbalaba, sobre mí se engrandecían.

17 Empero yo estoy á pique de claudicar, Y mi dolor está delante de mí continuamente.

18 Por tanto denunciaré mi maldad; Congojaréme por mi pecado.

19 Porque mis enemigos están vivos y fuertes: Y hanse aumentado los que me aborrecen sin causa:

20 Y pagando mal por bien Me son contrarios, por seguir yo lo bueno.

21 No me desampares, oh Jehová: Dios mío, no te alejes de mí.

22 Apresúrate á ayudarme, Oh Señor, mi salud.

Salmos 39

1 Al Músico principal, á Jeduthún: Salmo de David. YO DIJE: Atenderé á mis caminos, Para no pecar con mi lengua: Guardaré mi boca con freno, En tanto que el impío fuere contra mí.

2 Enmudecí con silencio, calléme aun respecto de lo bueno: Y excitóse mi dolor.

3 Enardecióse mi corazón dentro de mí; Encendióse fuego en mi meditación, Y así proferí con mi lengua:

4 Hazme saber, Jehová, mi fin, Y cuánta sea la medida de mis días; Sepa yo cuánto tengo de ser del mundo.

5 He aquí diste á mis días término corto, Y mi edad es como nada delante de ti: Ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. (Selah.)

6 Ciertamente en tinieblas anda el hombre; Ciertamente en vano se inquieta: Junta, y no sabe quién lo allegará.

7 Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza en ti está.

8 Líbrame de todas mis rebeliones; No me pongas por escarnio del insensato.

9 Enmudecí, no abrí mi boca; Porque tú lo hiciste.

10 Quita de sobre mí tu plaga; De la guerra de tu mano soy consumido.

11 Con castigos sobre el pecado corriges al hombre, Y haces consumirse como de polilla su grandeza: Ciertamente vanidad es todo hombre. (Selah.)

12 Oye mi oración, oh Jehová, y escucha mi clamor: No calles á mis lágrimas; Porque peregrino soy para contigo, Y advenedizo, como todos mis padres.

13 Déjame, y tomaré fuerzas, Antes que vaya y perezca.