Paso 121: A temporal or non-eternal focus is contradictory to a true love of marriage

     

Estudiar este pasaje

Question to Consider:

What supports an idea of eternity within a person's thinking? What difference can it make in a positive way? In a negative way?


Delicias de la Sabiduría sobre el Amor Conyugal #216

Ver información bibliográfica
Por Emanuel Swedenborg

216. VI: Que aquellos, quienes están en el Amor verdaderamente conyugal, consideran a lo eterno en el casamiento; viceversa, sin embargo, aquellos, quienes no están en el amor conyugal.

Que aquellos, quienes están en el amor verdaderamente conyugal, contemplan a lo eterno, es porque en aquel amor está la eternidad; y la eternidad de éste es de ahí, porque el amor aquél en la esposa, y la sabiduría en el marido, crecen en lo eterno, y en este crecimiento o progresión, los cónyuges entran más profundamente y más profundamente en las beatitudes del cielo, a las cuales la sabiduría de aquellos y el amor de ésta, simultáneamente hacen recónditas en sí. Por lo cual, si la idea de eterno fuera quitada, o si en algún caso borrada de las mentes, sería como si aquéllos fueran eyectados del cielo.

[2] Cuál es el estado con los cónyuges en el cielo, cuando se escapa la idea de lo eterno en las mentes de aquellos, y en lugar de ésta incide una idea de lo temporario, en mí vino claramente desde esta experiencia: cierta vez, desde la venia dada, dos cónyuges del cielo estaban conmigo y entonces un cierto impostor, hablando astutamente sustrajo de aquellos la idea de lo eterno sobre el casamiento. Sustraída la cual, principiaron a lamentarse, diciendo que ya no podrían vivir más, y que sintieran un disgusto como nunca habían sentido. Percibido lo cual, por los ángeles, sus compañeros en el cielo, fue removido el impostor, y eyectado; hecho lo cual, en el acto la idea de lo eterno regresó a aquellos, desde la cual se letificaron con alegría de corazón, y tiernísimamente se abrazaron.

[3] Además de estas cosas, oí a dos cónyuges, quienes sobre su casamiento ahora acariciaron la idea de lo eterno, y ahora la idea de lo temporario; la causa fue, porque adentro de aquellos estaba la disimilitud interna. Cuando éstos estaban en la idea de lo eterno, entre sí se letificaban, pero cuando en la idea de lo temporario, dijeron: “Ya no hay más casamiento”; y la esposa dijo: “no soy más una esposa, sino una concubina”; y el marido: “no soy más un marido, sino un burlón.” Por lo cual, cuando a aquellos les fue abierta la disimilitud interna, partió el hombre lejos de la mujer, y la mujer del hombre; y posteriormente, porque uno y otro estuvieron en la idea de lo eterno sobre el casamiento, se asociaron junto con compañeros [quienes eran] similitudes.

[4] Desde estas cosas puede verse claramente, que aquellos, quienes están en el amor verdaderamente conyugal, contemplen a lo eterno; y que, si se borra esta [idea] desde las cosas íntimas del pensamiento, se desunen en cuanto al amor conyugal, aun cuando no simultáneamente en cuanto a la amistad; pues ésta habita en las cosas externas, pero aquél en las cosas internas. Es similar en los casamientos sobre las tierras. Allí, cuando los cónyuges tiernamente se aman, piensan en lo eterno sobre su pacto, y absolutamente no cosa alguna sobre el fin de éste mediante la muerte; y si piensan sobre esto, se duelen, aunque sean reanimados con la esperanza, desde el pensamiento de la continuación de éste después del óbito.

216i. [reiterado]

VII: Que el amor conyugal resida en las esposas castas; pero que, sin embargo, el amor de aquellas dependa de los maridos.

La causa es, porque las esposas son nascidas [como] amores, y de ahí ínsito es en aquellas, el desear ser una [sola] con los maridos, y desde este pensamiento de su voluntad, a su amor continuamente lactan. Por lo cual, retroceder desde el esfuerzo para unirse con los maridos, sería retroceder de sí mismas. Diferentemente los maridos. Éstos, porque no son nascidos [como] amores, sino [como] recipientes de aquel amor desde las esposas, por ello, cuánto más reciben a aquél, tanto más las esposas entran con su amor; pero cuánto menos reciben [a aquél], tanto más las esposas con su amor están afuera, expectantes. Pero esto ocurre en las esposas castas, diferentemente a en las no - castas. Desde estas cosas se constata, que el amor conyugal resida en las esposas [castas], pero que el amor de aquellas dependa de los maridos.