1270. Poco después fueron enviados algunos de aquel infierno, pero el Señor dispuso, por medio de espíritus y ángeles intermediarios, que no pudieran hacerme daño. De aquel profundo se adelantaron, y se vieron cavando [moliri] camino hacia los anteriores, por medio de cuevas en las rocas, por decirlo así, y así hacia arriba. Por fin aparecieron arriba a la izquierda, de modo que desde allí, por tanto, desde lejos, influyeron en mí. Me dijeron que les estaba permitido influir en la parte derecha de la cabeza, pero no en la izquierda, y desde la parte derecha de la cabeza en el lado izquierdo del tórax, pero de ninguna manera en el lado izquierdo de la cabeza, pues de ser así, estaría perdido, porque entonces influirían con sus temibles y letales persuasiones. Pero cuando a la derecha de la cabeza, y de ahí a la izquierda del tórax, esto sería por medio de las codicias. Así sucede con el influjo.
[2] Sus persuasiones son tales que extinguen toda verdad y bondad, de modo que aquellos sobre quienes influyen no pueden percibir nada, y entonces tampoco pueden pensar. Por eso, también, los espíritus fueron alejados. Cuando empezaron a influir, me dormí; luego, mientras dormía, me influyeron con codicia, y, en efecto, con tanta fuerza que en la vigilia no podía resistirlos. En el sueño sentía una fuerza tal que no puedo describir, excepto lo que recordaba después de que me habían asaltado mortalmente con un aliento asfixiante, que era como una violenta pesadilla. Pero luego, despierto, noté que estaban cerca de mí, y cuando percibieron que estaba despierto, huyeron a su lugar de arriba y desde allí influyeron.
[3] Cuando estaban allí, me vi como si me hubieran envuelto en un paño, tal como se dijo en el 964. Creían que eran ellos, pero eran otros los que los envolvían, lo que se hace por medio de fantasías, aunque los espíritus contra los cuales operan así por medio de fantasías, no saben más que están envueltos. Los que estaban así envueltos parecían a sí mismos rodar por la pendiente de una roca, pero los que estaban envueltos parecían ser desatados y puestos en libertad. Eran espíritus que no querían retroceder, siendo así preservados por el Señor para que no fuesen ahogados, aunque revivieron pero después del tormento. Luego retrocedieron por la pendiente de la roca. Desde allí se oyó un ruido de taladros, como si hubiera muchos taladros grandes, y se percibió que procedía de sus muy burdas imaginaciones contra el Señor. Entonces fueron arrojados a su infierno a través de sombrías cavernas bajo la neblinosa roca. Mientras que estaban en el mundo espiritual, la constitución de la esfera allí fue cambiada.