Doctrina de la Caridad #6

Par Emanuel Swedenborg

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6. (iv.) El bien antes de la penitencia es un bien espurio; lo mismo lo es la caridad, porque el bien es de la caridad.

Porque el mal está en el hombre internamente, ya que no está manifiesto, y por consiguiente no ha sido curado; y el bien no puede surgir del mal, porque la fuente es impura. El bien que surge del mal, puede aparecer como bien en su forma exterior; pero la cualidad del hombre está en su interno. Todo lo que el hombre hace es, por la misma razón, una imagen de él. Ante los ángeles el hombre aparece en su propia imagen, de hecho, en su propio exterior, esto lo he visto más de mil veces. Por tanto, el bien que uno hace con el cuerpo, puede aparecer como un bien a aquellos que ven solamente el externo; pero en su interno, la voluntad y la intención permanecen ocultas, y lo que se desea puede ser el aparecer ante los demás como alguien sincero y bueno, a fin de que pueda cautivar almas a causa del honor y del lucro. En pocas palabras, el bien meritorio, o es hipócrita o diabólico, que es hecho para engañar, para vengarse, para matar, etc. Pero al morir, cuando el hombre es puesto en sus interiores, este bien es retirado y se convierte en un mal descubierto.

Nota en el margen izquierdo: El examen de conciencia.

(i.) Si se hace solamente en cuanto a las acciones, descubre poco; y esto no es suficiente para la razón.

(ii.) Si el examen es de los pensamientos e intenciones, descubre más.

(iii.) Y si investiga lo que el hombre considera o no como pecados, entonces descubre todo.

Porque aquello que un hombre considera dentro de sí como permisible, eso hace. Considerar permisible es un acto de la voluntad, es esfuerzo, y en el espíritu se hace; y se efectuará en el cuerpo al ser removidos los obstáculos. Así obran los maquiavélicos.

  
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