La interacción del alma y el cuerpo #2

द्वारा इमानुएल स्वीडनबोर्ग

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2. Porque el influjo espiritual proviene del orden y sus leyes, como se ha dicho, por eso este influjo, más que los otros dos anunciados, ha sido reconocido y recibido por los sabios del mundo erudito. Todo lo que proviene del orden es la verdad, y la verdad misma se manifiesta por la luz intrínseca en ella, como también en la sombra de la razón, en la que están las hipótesis. Pero hay tres cosas que envuelven esta hipótesis en la sombra: la ignorancia de lo que es el alma, la ignorancia de lo que es lo espiritual y la ignorancia de la naturaleza del influjo. Por lo tanto, estas tres cosas deben ser aclaradas antes de que la razón pueda ver la verdad misma, pues la verdad hipotética no es la verdad misma, sino una conjetura de la verdad. Es como un cuadro en la pared visto bajo la luz de las estrellas por la noche, en el que la mente induce una forma variada según la fantasía. Es diferente cuando la luz del sol la ilumina, después del amanecer, y descubre no sólo sus cosas generales sino también las singulares y las presenta a la vista. Así es que, desde la sombra de la verdad en que se encuentra esta hipótesis, la verdad se abre cuando se conoce lo que es lo espiritual y su naturaleza en relación con lo natural; luego lo que es el alma humana y su naturaleza, como también la naturaleza del influjo en ella y, por ella, en la mente perceptiva y cogitativa, y de ésta en el cuerpo.

[2] Sin embargo, nadie puede relatar estas cosas sino aquel a quien le ha sido concedido por el Señor asociarse con los ángeles en el mundo espiritual, y al mismo tiempo, con los hombres en el mundo natural; y como esto me ha sido concedido, he podido describir lo que son los unos y los otros, y su naturaleza, lo que se ha hecho en la obra El amor conyugal, es decir, sobre los espirituales, en el relato Memorable que está en los números 326-329 de esa obra; sobre el alma humana, en n. 315; sobre la afluencia, en el n. 380, y más ampliamente, en ns. 415-422. ¿Quién no sabe, o no puede saber, que el bien del amor y la verdad de la fe influyen en el hombre desde Dios, y que influyen en su alma y se sienten en su mente, emanando del pensamiento en el lenguaje y en la voluntad en las acciones?

[3] Que hay un influjo espiritual de esto, así como su origen y derivación, es lo que se manifestará en el orden siguiente:

I. Hay dos mundos: el mundo espiritual, donde están los espíritus y los ángeles, y el natural, donde están los hombres.

II. El mundo espiritual ha existido y subsistido por su sol, y el mundo natural por el suyo.

III. El Sol del mundo espiritual es el amor puro que procede de Jehovah Dios, que está en medio de ese Sol.

IV. De ese Sol proceden el calor y la luz; el calor que procede de él es en su esencia amor, y la luz que procede de él es en su esencia sabiduría.

V. Tanto este calor como la luz influyen en el hombre; el calor en su voluntad, produciendo en ella el bien del amor, y la luz en su entendimiento, produciendo allí la verdad de la sabiduría.

VI. Estos dos, el calor y la luz, o el amor y la sabiduría, influyen conjuntamente desde Dios sobre el alma del hombre, y por ello, sobre la mente, sus afectos y pensamientos, y desde éstos sobre los sentidos del cuerpo, en el lenguaje y en las acciones.

VII. El sol del mundo natural es fuego puro, y por ese sol ha existido y subsistido la naturaleza del mundo.

VIII. Por lo tanto, todo lo que procede de ese sol es muerto, considerado en sí mismo.

IX. Lo espiritual se viste con lo natural, como el hombre se viste.

X. Las cosas espirituales, así revestidas en el hombre, hacen que éste sea capaz de vivir racional, moral y, por tanto, espiritualmente en lo natural.

XI. La recepción de este influjo es según el estado de amor y sabiduría en el hombre.

XII. El entendimiento en el hombre puede elevarse en la luz, es decir, en la sabiduría en la que están los ángeles del cielo, según el cultivo de la razón, y su voluntad puede elevarse en el calor, es decir, en el amor, de forma similar, según los hechos de la vida. Pero el amor de la voluntad no se eleva sino en la medida en que el hombre quiere y practica las cosas que enseña la sabiduría del entendimiento.

XIII. Con las bestias es totalmente diferente.

XIV. Hay tres grados en el mundo espiritual y tres grados en el mundo natural, según los cuales se realiza todo influjo.

XV. Los fines están en primer grado, las causas en segundo y los efectos en tercero.

XVI. Con esto se hace evidente cuál es el influjo de lo espiritual desde su origen hasta sus efectos.

Cada uno de estos puntos se ilustrará ahora con unas pocas palabras.

  
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