चरण 83

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1 Samuel 5

1 Y LOS Filisteos, tomada el arca de Dios, trajéronla desde Eben-ezer á Asdod.

2 Y tomaron los Filisteos el arca de Dios, y metiéronla en la casa de Dagón, y pusiéronla junto á Dagón.

3 Y el siguiente día los de Asdod se levantaron de mañana, y he aquí Dagón postrado en tierra delante del arca de Jehová: y tomaron á Dagón, y volviéronlo á su lugar.

4 Y tornándose á levantar de mañana el siguiente día, he aquí que Dagón había caído postrado en tierra delante del arca de Jehová; y la cabeza de Dagón, y las dos palmas de sus manos estaban cortadas sobre el umbral, habiéndole quedado á Dagón el tronco sol

5 Por esta causa los sacerdotes de Dagón, y todos los que en el templo de Dagón entran, no pisan el umbral de Dagón en Asdod, hasta hoy.

6 Empero agravóse la mano de Jehová sobre los de Asdod, y destruyólos, é hiriólos con hemorroides en Asdod y en todos sus términos.

7 Y viendo esto los de Asdod, dijeron: No quede con nosotros el arca del Dios de Israel, porque su mano es dura sobre nosotros, y sobre nuestro Dios Dagón.

8 Enviaron pues á juntar á sí todos los príncipes de los Filisteos, y dijeron: ¿Qué haremos del arca del Dios de Israel? Y ellos respondieron: Pásese el arca del Dios de Israel á Gath. Y pasaron allá el arca del Dios de Israel.

9 Y aconteció que como la hubieron pasado, la mano de Jehová fué contra la ciudad con grande quebrantamiento; é hirió los hombres de aquella ciudad desde el chico hasta el grande, que se llenaron de hemorroides.

10 Entonces enviaron el arca de Dios á Ecrón. Y como el arca de Dios vino á Ecrón, los Ecronitas dieron voces diciendo: Han pasado á mí el arca del Dios de Israel por matarme á mí y á mi pueblo.

11 Y enviaron á juntar todos los príncipes de los Filisteos, diciendo: Despachad el arca del Dios de Israel, y tórnese á su lugar, y no mate á mí ni á mi pueblo: porque había quebrantamiento de muerte en toda la ciudad, y la mano de Dios se había allí agrava

12 Y los que no morían, eran heridos de hemorroides; y el clamor de la ciudad subía al cielo.

1 Samuel 6

1 Y ESTUVO el arca de Jehová en la tierra de los Filisteos siete meses.

2 Entonces los Filisteos, llamando los sacerdotes y adivinos, preguntaron: ¿Qué haremos del arca de Jehová? Declaradnos cómo la hemos de tornar á enviar á su lugar.

3 Y ellos dijeron: Si enviáis el arca del Dios de Israel, no la enviéis vacía; mas le pagaréis la expiación: y entonces seréis sanos, y conoceréis por qué no se apartó de vosotros su mano.

4 Y ellos dijeron: ¿Y qué será la expiación que le pagaremos? Y ellos respondieron: Conforme al número de los príncipes de los Filisteos, cinco hermorroides de oro, y cinco ratones de oro, porque la misma plaga que todos tienen, tienen también vuestros prín

5 Haréis pues las formas de vuestras hemorroides, y las formas de vuestros ratones que destruyen la tierra, y daréis gloria al Dios de Israel: quizá aliviará su mano de sobre vosotros, y de sobre vuestros dioses, y de sobre vuestra tierra.

6 Mas ¿por qué endurecéis vuestro corazón, como los Egipcios y Faraón endurecieron su corazón? Después que los hubo así tratado, ¿no los dejaron que se fuesen, y se fueron?

7 Haced pues ahora un carro nuevo, y tomad luego dos vacas que críen, á las cuales no haya sido puesto yugo, y uncid las vacas al carro, y haced tornar de detrás de ellas sus becerros á casa.

8 Tomaréis luego el arca de Jehová, y la pondréis sobre el carro; y poned en una caja al lado de ella las alhajas de oro que le pagáis en expiación: y la dejaréis que se vaya.

9 Y mirad: si sube por el camino de su término á Beth-semes, él nos ha hecho este mal tan grande; y si no, seremos ciertos que su mano no nos hirió, nos ha sido accidente.

10 Y aquellos hombres lo hicieron así; pues tomando dos vacas que criaban, unciéronlas al carro, y encerraron en casa sus becerros.

11 Luego pusieron el arca de Jehová sobre el carro, y la caja con los ratones de oro y con las formas de sus hemorroides.

12 Y las vacas se encaminaron por el camino de Beth-semes, é iban por un mismo camino andando y bramando, sin apartarse ni á diestra ni á siniestra: y los príncipes de los Filisteos fueron tras ellas hasta el término de Beth-semes.

13 Y los de Beth-semes segaban el trigo en el valle; y alzando sus ojos vieron el arca, y holgáronse cuando la vieron.

14 Y el carro vino al campo de Josué Beth-semita, y paró allí porque allí había una gran piedra; y ellos cortaron la madera del carro, y ofrecieron las vacas en holocausto á Jehová.

15 Y los Levitas bajaron el arca de Jehová, y la caja que estaba junto á ella, en la cual estaban las alhajas de oro, y pusiéronlas sobre aquella gran piedra; y los hombre de Beth-semes sacrificaron holocaustos y mataron víctimas á Jehová en aquel día.

16 Lo cual viendo los cinco príncipes de los Filisteos, volviéronse á Ecrón el mismo día.

17 Estas pues son las hemorroides de oro que pagaron los Filisteos á Jehová en expiación: por Asdod una, por Gaza una, por Ascalón una, por Gath una, por Ecrón una;

18 Y ratones de oro conforme al número de todas las ciudades de los Filisteos pertenecientes á los cinco príncipes, desde las ciudades fuertes hasta las aldeas sin muro; y hasta la gran piedra sobre la cual pusieron el arca de Jehová, piedra que está en el c

19 Entonces hirió Dios á los de Beth-semes, porque habían mirado en el arca de Jehová; hirió en el pueblo cincuenta mil y setenta hombres. Y el pueblo puso luto, porque Jehová le había herido de tan gran plaga.

20 Y dijeron los de Beth-semes: ¿Quién podrá estar delante de Jehová el Dios santo? ¿y á quién subirá desde nosotros?

21 Y enviaron mensajeros á los de Chîriath-jearim, diciendo: Los Filisteos han vuelto el arca de Jehová: descended pues, y llevadla á vosotros.

1 Samuel 7

1 Y VINIERON los de Chîriath-jearim, y llevaron el arca de Jehová, y metiéronla en casa de Abinadab, situada en el collado; y santificaron á Eleazar su hijo, para que guardase el arca de Jehová.

2 Y aconteció que desde el día que llegó el arca á Chîriath-jearim pasaron mucho días, veinte años; y toda la casa de Israel lamentaba en pos de Jehová.

3 Y habló Samuel á toda la casa de Israel, diciendo: Si de todo vuestro corazón os volvéis á Jehová, quitad los dioses ajenos y á Astaroth de entre vosotros, y preparad vuestro corazón á Jehová, y á sólo él servid, y os librará de mano de los Filisteos.

4 Entonces los hijos de Israel quitaron á los Baales y á Astaroth, y sirvieron á solo Jehová.

5 Y Samuel dijo: Juntad á todo Israel en Mizpa, y yo oraré por vosotros á Jehová.

6 Y juntándose en Mizpa, sacaron agua, y derramáronla delante de Jehová, y ayunaron aquel día, y dijeron allí: Contra Jehová hemos pecado. Y juzgó Samuel á los hijos de Israel en Mizpa.

7 Y oyendo los Filisteos que los hijos de Israel estaban reunidos en Mizpa, subieron los príncipes de los Filisteos contra Israel: lo cual como hubieron oído los hijos de Israel, tuvieron temor de los Filisteos.

8 Y dijeron los hijos de Israel á Samuel: No ceses de clamar por nosotros á Jehová nuestro Dios, que nos guarde de mano de los filisteos.

9 Y Samuel tomó un cordero de leche, y sacrificólo entero á Jehová en holocausto: y clamó Samuel á Jehová por Israel, y Jehová le oyó.

10 Y aconteció que estando Samuel sacrificando el holocausto, los Filisteos llegaron para pelear con los hijos de Israel. Mas Jehová tronó aquel día con grande estruendo sobre los Filisteos, y desbaratólos, y fueron vencidos delante de Israel.

11 Y saliendo los hijos de Israel de Mizpa, siguieron á los Filisteos, hiriéndolos hasta abajo de Beth-car.

12 Tomó luego Samuel una piedra, y púsola entre Mizpa y Sen, y púsole por nombre Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová.

13 Fueron pues los Filisteos humillados, que no vinieron más al término de Israel; y la mano de Jehová fué contra los Filisteos todo el tiempo de Samuel.

14 Y fueron restituídas á los hijos de Israel las ciudades que los Filisteos habían tomado á los Isrelitas, desde Ecrón hasta Gath, con sus términos: é Israel las libró de mano de los Filisteos. Y hubo paz entre Israel y el Amorrheo.

15 Y juzgó Samuel á Israel todo el tiempo que vivió.

16 Y todos los años iba y daba vuelta á Beth-el, y á Gilgal, y á Mizpa, y juzgaba á Israel en todos estos lugares.

17 Volvíase después á Rama, porque allí estaba su casa, y allí juzgaba á Israel; y edificó allí altar á Jehová.

1 Samuel 8

1 Y ACONTECIO que habiendo Samuel envejecido, puso sus hijos por jueces sobre Israel.

2 Y el nombre de su hijo primogénito fué Joel, y el nombre del segundo, Abia: fueron jueces en Beer-sebah.

3 Mas no anduvieron los hijos por los caminos de su padre, antes se ladearon tras la avaricia, recibiendo cohecho y pervirtiendo el derecho.

4 Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron, y vinieron á Samuel en Rama,

5 Y dijéronle: He aquí tú has envejecido, y tus hijos no van por tus caminos: por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como todas las gentes.

6 Y descontentó á Samuel esta palabra que dijeron: Danos rey que nos juzgue. Y Samuel oró á Jehová.

7 Y dijo Jehová á Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te dijeren: porque no te han desechado á ti, sino á mí me han desechado, para que no reine sobre ellos.

8 Conforme á todas las obras que han hecho desde el día que los saqué de Egipto hasta hoy, que me han dejado y han servido á dioses ajenos, así hacen también contigo.

9 Ahora pues, oye su voz: mas protesta contra ellos declarándoles el derecho del rey que ha de reinar sobre ellos.

10 Y dijo Samuel todas las palabras de Jehová al pueblo que le había pedido rey.

11 Dijo pues: Este será el derecho del rey que hubiere de reinar sobre vosotros: tomará vuestros hijos, y pondrálos en sus carros, y en su gente de á caballo, para que corran delante de su carro:

12 Y se elegirá capitanes de mil, y capitanes de cincuenta: pondrálos asimismo á que aren sus campos, y sieguen sus mieses, y á que hagan sus armas de guerra, y los pertrechos de sus carros:

13 Tomará también vuestras hijas para que sean perfumadoras, cocineras, y amasadoras.

14 Asimismo tomará vuestras tierras, vuestras viñas, y vuestros buenos olivares, y los dará á sus siervos.

15 El diezmará vuestras simientes y vuestras viñas, para dar á sus eunucos y á sus siervos.

16 El tomará vuestros siervos, y vuestras siervas, y vuestros buenos mancebos, y vuestros asnos, y con ellos hará sus obras.

17 Diezmará también vuestro rebaño, y seréis sus siervos.

18 Y clamaréis aquel día á causa de vuestro rey que os habréis elegido, mas Jehová no os oirá en aquel día.

19 Empero el pueblo no quiso oir la voz de Samuel; antes dijeron: No, sino que habrá rey sobre nosotros:

20 Y nosotros seremos también como todas las gentes, y nuestro rey nos gobernará, y saldrá delante de nosotros, y hará nuestras guerras.

21 Y oyó Samuel todas las palabras del pueblo, y refiriólas en oídos de Jehová.

22 Y Jehová dijo á Samuel: Oye su voz, y pon rey sobre ellos. Entonces dijo Samuel á los varones de Israel: Idos cada uno á su ciudad.

1 Samuel 9:1-10

1 Y HABIA un varón de Benjamín, hombre valeroso, el cual se llamaba Cis, hijo de Abiel, hijo de Seor, hijo de Bechôra, hijo de Aphia, hijo de un hombre de Benjamín.

2 Y tenía él un hijo que se llamaba Saúl, mancebo y hermoso, que entre los hijos de Israel no había otro más hermoso que él; del hombro arriba sobrepujaba á cualquiera del pueblo.

3 Y habíanse perdido las asnas de Cis, padre de Saúl; por lo que dijo Cis á Saúl su hijo: Toma ahora contigo alguno de los criados, y levántate, y ve á buscar las asnas.

4 Y él pasó al monte de Ephraim, y de allí á la tierra de Salisa, y no las hallaron. Pasaron luego por la tierra de Saalim, y tampoco. Después pasaron por la tierra de Benjamín, y no las encontraron.

5 Y cuando vinieron á la tierra de Suph, Saúl dijo á su criado que tenía consigo: Ven, volvámonos; porque quizá mi padre, dejado el cuidado de las asnas, estará congojado por nosotros.

6 Y él le respondió: He aquí ahora hay en esta ciudad un hombre de Dios, que es varón insigne: todas las cosas que él dijere, sin duda vendrán. Vamos pues allá: quizá nos enseñará nuestro camino por donde hayamos de ir.

7 Y Saúl respondió á su criado: Vamos ahora: ¿mas qué llevaremos al varón? Porque el pan de nuestras alforjas se ha acabado, y no tenemos qué presentar al varón de Dios: ¿qué tenemos?

8 Entonces tornó el criado á responder á Saúl, diciendo: He aquí se halla en mi mano la cuarta parte de un siclo de plata: esto daré al varón de Dios, porque nos declare nuestro camino.

9 (Antiguamente en Israel cualquiera que iba á consultar á Dios, decía así: Venid y vamos hasta el vidente: porque el que ahora se llama profeta, antiguamente era llamado vidente).

10 Dijo entonces Saúl á su criado: Bien dices; ea pues, vamos. Y fueron á la ciudad donde estaba el varón de Dios.