417. Ahora, porque el amor corresponde al corazón y el entendimiento a los pulmones, lo anterior puede confirmar por su correspondencia; así puede demostrarse cómo es capaz el entendimiento de elevarse sobre su propio amor aun a la sabiduría, y cómo el entendimiento, si aquel amor es meramente natural separado por él de su elevación. El hombre tiene dos respiraciones; una del cuerpo y otra del espíritu; estas dos respiraciones pueden estar separadas y pueden también estar puestas en conjunción; en el hombre meramente natural, especialmente el hipócrita, están separadas; pero raramente lo están en el hombre espiritual y sincero: por lo mismo, el hombre meramente natural e hipócrita, cuyo entendimiento ha sido elevado, y que por consiguiente tiene muchas cosas pertenecientes de la sabiduría y que permanecen en su memoria, cuando está en compañía de otros puede hablar sabiamente por los pensamientos retenidos en la memoria; mientras que cuando no está en compañía de otros, no piensan por lo que tiene en la memoria, sino por su espíritu, esto es, por su amor; también respira de la misma manera; porque el pensamiento y la respiración obran por correspondencia. Que la estructura de los pulmones es tal que pueden respirar por medio de la sangre que reciben del corazón o por medio de la sangre que expelen venida del corazón, se ha demostrado ya antes.
