618. 12. La regeneración no puede tener lugar sin las verdades que forman la fe y con las cuales se une la caridad.
El Señor, la fe y la caridad son los tres agentes por los cuales el hombre es regenerado. Estos tres permanecen ocultos como tesoros del más grande valor enterrados en la tierra, si no son revelados por las Divinas verdades del Verbo; y a los que niegan la cooperación del hombre permanecen ocultos, aunque lean el Verbo cien o mil veces, por más que allí se hallan en plena luz; porque todos cuantos se han confirmado en la fe de la Iglesia actual, ven en el Verbo que Dios es tres, no comprendiendo que es Uno, que el Padre está en el Hijo y el Hijo en el Padre como alma y cuerpo, y que de éstos dimana lo Divino, o sea el Espíritu Santo, como la actividad del hombre. No comprenden que Dios es así, porque se halla oculto a sus ojos a causa de su carencia de verdades, y con respecto a la fe la desconocen por el mismo motivo, porque fe y verdades son una misma cosa. En cuanto a la caridad tampoco pueden conocerla y comprenderla, porque la caridad engendra el calor espiritual, que se une con la luz de la fe, por cuya unión ambos juntos son vida, más separados son nada, por lo cual no habiendo fe verdadera, tampoco puede haber caridad genuina. El Señores el Sol del Cielo, del cual procede la luz y el calor espiritual; esta luz ilumina y este calor anima y por la conjunción de los dos es vivificado y regenerado el hombre por el Señor.