ഘട്ടം 29: It's easier to see sin in another than in oneself

     

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Question to Consider:

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La Verdadera Religión Cristiana #535

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വഴി ഇമ്മാനുവൽ സ്വീഡൻബർഗ്

535. 8. Hay quienes no se examinan y sin embargo desisten de males por ser pecados. Estos se arrepienten también debidamente y así se arrepienten los que por religión obran la caridad.

Puesto que el arrepentimiento actual y efectivo, que consiste en examinar sus interiores, reconocer y confesar sus pecados, invocar la ayuda del Señor y empezar una nueva vida, es sumamente difícil en el mundo cristiano actual por varias razones, que se dirán en el último artículo de este capítulo, se indicará aquí uno que es de más fácil práctica y es éste: Cuando uno pondera algún mal en su mente y forma intención de realizarlo debe decir a sí mismo: « Pienso esto y deseo realizarlo, pero por ser pecado no quiero hacerlo. » De esta manera la tentación infundida por el infierno es interrumpida y su progreso impedido. Es remarcable con qué facilidad uno puede observar errores en otro, que intenta el mal, y decirle: « No hagas esto; porque es pecado » y sin embargo cuán difícil es el decirlo a sí mismo y es porque en el primer caso no tiene que hacer con su voluntad, sino tan sólo con el pensamiento más próximo al oído, cuyo pensamiento con facilidad se inclina a la obediencia; pero en el último caso tiene que combatir la oposición de las malas inclinaciones de su propia voluntad, las cuales pervierten los pensamientos haciéndolos entrar en acuerdo consigo. Muchos de los que por principio religioso obran el bien y evitan el mal en actos y obras, reflexionan sin embargo poco o nada sobre la naturaleza interior de sus actos y obras, cuya naturaleza es la de la voluntad y sus intenciones, creen que con abstenerse de malos actos y obras se hallan libres del mal, porque obran el bien; más la verdad es que si bien la abstinencia de malas obras es buena, no basta en y por sí misma, siendo necesario que la raíz misma, o sea la intención de la voluntad, sea extirpada. Es preciso, no sólo abstenerse del mal y obrar el bien, sino también de corazón aborrecer el mal, y este resultado no se puede obtener sin examinar en alguna medida los interiores; porque sin tal examen no es posible huir del mal y aborrecerlo; y el bien no es bien genuino hasta que se halle interiormente purificado. Sé que muchos hombres piadosos, y hasta todos los que tienen razón sana, aprobarán esto cuando lo lean, y reconocerán que es genuina verdad; pero pocos de ellos obrarán conforme.