772. 6. Esta Venida del Señor, que es la segunda, se verifica, a fin de que los malos sean separados de los buenos, y también para que sean salvos los que han creído y creen en El y para que sean forma-dos de ellos un nuevo Cielo de ángeles y una nueva Iglesia en la tierra; sin esto ninguna carne seria salva. (Mateo 21:22)
Que el Señor en Su segunda Venida no viene para destruir el cielo visible y la tierra habitada ha sido explicado en el precedente artículo. No viene para destruir cosa alguna, sino para edificar; no viene para condenar, sino para salvar a los que han creído en El desde Su primera Venida, y los que en lo sucesivo creerán en El. El Mismo dice en el Verbo:
« No envió Dios a su Hijo al mundo para que condene al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El; el que en El cree no es condenado, más el que no cree ya es condenado, porque no creyó en el nombre del Unigénito Hijo de Dios » (Juan 3:17-18).
« El que oyere mis palabras y no las creyere, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo; el que me desecha y no recibe mis palabras tiene quien le juzga; la Palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero » (Juan 12:47-48).
El último juicio tuvo lugar en el mundo espiritual en el año 1757; lo vi con mis propios ojos en estado de plena vigilia; por lo cual puedo testificar de ello. En un opúsculo titulado « El último juicio » publicado en Londres en 1758 y en otro opúsculo titulado ¿Continuación concerniente al último juicio » , publicado en Ámsterdam, 1763, he dado una descripción de este acontecimiento.