3. "'Lo que Dios le dio para indicar a sus siervos' significa: para los que están en la fe derivada de la caridad, o en la verdad de la sabiduría derivada del bien del amor. Por "indicar" se entiende manifestar, y por "siervos" se entiende aquí a los que están en la fe derivada de la caridad. Tales cosas se les manifiestan porque entienden y reciben. Por "siervos" en el sentido espiritual se entiende a los que están en las verdades, y como las verdades proceden del bien, por "siervos" se entiende a los que están en las verdades derivadas del bien, por tanto a los que están en la sabiduría derivada del amor, porque la sabiduría pertenece a la verdad y el amor al bien. Entonces, también, los que están en la fe derivan de la caridad, porque la fe también pertenece a la verdad y la caridad al bien; y como el sentido espiritual genuino es abstracto de la persona, por eso, en este sentido, por "siervos" se entienden las verdades. Ahora bien, puesto que las verdades sirven al bien enseñándolo, por tanto, en general y propiamente por el "servidor", en la Palabra, se entiende lo que sirve, la persona o cosa que sirve. En este sentido, no sólo los profetas fueron llamados siervos de Dios, sino también el Señor en cuanto a su Humano. Que los profetas eran llamados siervos de Dios se ve en estos pasajes:
"Jehovah también os ha enviado a todos sus siervos los profetas" (Jeremías 25:4).
"Reveló sus secretos a sus siervos, los profetas" (Amos 3:7).
"Andar en sus leyes, que nos ha dado por medio de sus siervos los profetas" (Daniel 9:10).
Y Moisés es llamado 'siervo de Jehovah’ (Malaquías 4:4). La razón es que, en el sentido espiritual, por profeta se entiende la verdad de la doctrina, que se verá más adelante.
[2] Y como el Señor era la Divina Verdad misma, que es también la Palabra es la Palabra, y por eso fue llamado Profeta mismo, y como sirvió en el mundo y sirve eternamente enseñando a todos, he aquí por qué Él mismo es llamado aquí y allá 'Siervo de Jehovah', como en los siguientes pasajes:
"La obra de su alma la verá y quedará satisfecha; con su conocimiento mi siervo el justo justificará a muchos" (Isaías 53:11).
"He aquí que mi siervo obrará con prudencia; será engrandecido, enaltecido y muy alabado" (Isaías 52:13).
"He aquí mi siervo, en quien me apoyo; mi elegido, en quien se complace mi alma; he puesto el Espíritu sobre él" (Isaías 42:1, 19).
Estos pasajes se refieren al Señor. Asimismo, David (es llamado siervo) cuando por él se entiende el Señor, como en estos pasajes;
"Yo, Jehovah, les seré por Dios, y mi siervo David será príncipe entre ellos" (Ezequiel 34:24).
"Y mi siervo David será rey sobre ellos como único pastor para todos" (Ezequiel 37:24).
"Protegeré esta ciudad para preservarla, por mí y por David, mi siervo" (Isaías 37:35).
También en Salmo 78:70, 71, 72 y en el Salmo 89:3, 4, 20. Que por David, en estos pasajes, se entiende el Señor, puede verse en el opúsculo de la Doctrina de la Nueva Jerusalén sobre el Señor, 43, 44. El propio Señor habla de sí mismo de forma similar:
"El que entre vosotros quiera ser grande, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser el primero, que sea vuestro servidor, como el Hijo del Hombre no ha venido a ser servido, sino a servir" (Mateo 20:23-25; Marcos 10:42-44; Lucas 12:27; también Lucas 22:37).
El Señor se expresa así porque por siervo y servidor se entiende el que sirve y administra enseñando; y, haciendo abstracción de la persona, la Divina Verdad, que era Él mismo.
[3] Ahora bien, si por siervo se entiende el que enseña la divina verdad, en este pasaje del Apocalipsis se entiende los que están en las verdades derivadas de los bienes, o en la fe derivada de la caridad, porque éstos pueden enseñar por el Señor, es decir, el Señor puede enseñar y administrar por medio de ellos. Es en este sentido que se les llama siervos en Mateo:
"Al final de los tiempos, ¿quién es el siervo fiel y prudente al que el Señor pone al frente de su casa, para que les dé el alimento a su debido tiempo? Dichoso aquel siervo al que el Señor encuentre sirviendo así". (Lucas 24:45, 46).
Y en Lucas:
"Bienaventurados los siervos a quienes el Señor, cuando venga, encuentre vigilantes. Os aseguro que se ceñirá y les hará sentarse a la mesa, y vendrá a servirles". (Lucas 12:37).
En el cielo todos los que están en su reino celestial son llamados siervos del Señor. La razón de esto es que aquellos en Su reino espiritual están en la sabiduría derivada de la Divina Verdad y aquellos en Su reino celestial están en el amor derivado del Divino Bien; ahora, el Bien administra y la Verdad sirve. Pero, en sentido contrario, por siervos se entiende a los que sirven al diablo. Estos están en estado de servidumbre, pero los que sirven al Señor están en estado de libertad. Esto es también lo que enseña el Señor (Juan 8:32-36).
