Juan 1:17

Studie

       

17 Porque la ley por Moisés fue dada, mas la gracia y la verdad por Jesús, el Cristo, fue hecha.


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Door Brian David (machine vertaald in Español)

"Appearance of Christ to the People" by Alexander Andrejewitsch Iwanow

La relación del Señor con las primeras personas -las de lo que los Escritos llaman la "Iglesia más antigua"- podría describirse como "de corazón a corazón". Su amor podía fluir hacia ellos en formas muy puras que actuaban directamente sobre sus emociones; el amor que le devolvían a Él y que se dirigía a los demás era casi automático. Pero eran libres, y finalmente se apartaron, queriendo un mayor sentido de identidad y un mayor sentido de control de sus propias vidas, deseos que finalmente les llevaron a espantosas profundidades de maldad. Así que el Señor levantó una segunda iglesia, la Iglesia Antigua. Su relación con su pueblo podría describirse como "mente a mente". Tenían historias profundamente simbólicas, y podían entender sus mensajes espirituales; también podían ver el amor del Señor expresado en todos los detalles del mundo natural. Entendían al Señor, tanto como pueden hacerlo los seres humanos. Pero el orgullo de la inteligencia les llevó finalmente a la perdición, ya que desviaron esa comprensión del Señor hacia la idolatría y la magia.

Así que el Señor levantó una tercera iglesia, entre los Hijos de Israel. Con ésta, la relación podría describirse como "cuerpo a cuerpo". El pueblo era demasiado egoísta para que el Señor afectara a sus corazones y demasiado mundano para que afectara a sus mentes, pero a través del castigo y las normas podía gobernar sus acciones, obligándoles a cumplir con rituales y formas que tenían un significado espiritual, aunque el propio pueblo no lo entendiera. A través de ellos conservó parte de la sabiduría de la Iglesia antigua, y a través de ellos creó un nuevo recipiente para su verdad divina en forma de Antiguo Testamento.

Esto se hizo a través de Moisés, por supuesto, y en forma de lo que los judíos llamaban "la Ley", la forma más externa de la verdad del Señor.

Sin embargo, cuando el Señor vino como Jesús, lo hizo para iniciar un retorno a conexiones más internas. Abrió la Ley para mostrar el amor y el cuidado que había en el interior, y llevó a la gente a ver que la fe era una cuestión de abrazar la verdad divina en la mente y el corazón, no la obediencia al ritual físico. El recipiente era necesario, pero el contenido era lo importante. Él trajo la verdad -la verdad real e interna- y la gracia, que representa el deleite de la verdad.