523. El Señor nunca obra en contra del orden, puesto que Él mismo es el orden. La Divina verdad que procede del Señor es lo que hace el orden, y las verdades Divinas son las leyes del orden; según estas guía el Señor al hombre, por lo cual el salvar al hombre por inmediata misericordia es contrario al Divino orden, y lo que es contrario al Divino orden es contrario a lo Divino. El Divino orden es el cielo en el hombre; este cielo ha sido pervertido, por el hombre, por medio de una vida contraria a las leyes del orden que son las Divinas Verdades; a este orden es reestablecido el hombre por pura misericordia por el Señor mediante las leyes del orden y en cuanto es restablecido tanto recibe en sí el cielo, y quien recibe en sí el cielo entra en el cielo. Por esto es evidente, otra vez, que la Divina misericordia del Señor es pura misericordia, pero no inmediata.