283. CAPÍTULO 5
El Índice del Capítulo
El Decálogo explicado en su sentido externo e interno
1. En la Iglesia Israelita el Decálogo era la Santidad misma y el arca lo era asimismo por estar en ella la Ley. (283-286)
2. En el sentido literal el Decálogo contiene los preceptos generales de la fe y de la vida; pero en su sentido espiritual y celestial contiene todo, universalmente. (287-290)
3. El primer mandamiento: « No tendrás dioses ajenos delante de Mí » . (291-296)
4. El segundo mandamiento: « No tornarás el Nombre de Jehová, tu Dios, en vano; porque, no dará por inocente Jehová al que tomara Su Nombre en vano » .(297-300)
5. El tercer mandamiento: « Acordarte has del día de Reposo para santificarlo; seis días trabajarás y harás toda tu obra, más el séptimo día será reposo para Jehová, tu Dios » . (301-304)
6. El cuarto mandamiento: « Honra a tu padre y a tu madre, para que sean prolongados tus días y para que te vaya bien sobre la tierra, que Jehová tu Dios te da » , (305-308)
7. El quinto mandamiento: « No matarás » . (309-312)
8. El sexto mandamiento: « No cometerás adulterio » . (313-316)
9. El séptimo mandamiento: « No hurtarás. » (317-320)
10. El octavo mandamiento: « No hablarás contra tu prójimo falso testimonio » . (321-324)
11. El noveno y décimo mandamiento: « No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo » . (325-328)
12. Los diez mandamientos del Decálogo contienen todo cuanto pertenece al amor a Dios y todo cuanto pertenece al amor al prójimo. (329-331)
El Decálogo explicado en su sentido externo e interno
1. En la Iglesia israelita el Decálogo era la Santidad misma.
283. Los mandamientos del Decálogo eran entre los Israelitas cosa sumamente santa, porque fueron las primicias del Verbo y por ello las primicias de la Iglesia, que había de ser establecida entre ellos, siendo la suma y el complejo de todo cuanto pertenece a la Religión, por medio de lo cual se verifica la mutua conjunción entre Dios y el hombre. Que habían de ser la cosa más santa de la Iglesia, consta por esto de que Jehová Mismo descendió al monte de Sinaí, rodeado de fuego y acompañado de ángeles, promulgándolos allí de viva voz; que al monte fueron señalados límites, prohibiéndose al pueblo el traspasar éstos, a fin de que no muriese. Ni siquiera los altos sacerdotes podían acercarse, sino sólo Moisés. Los mandamientos fueron escritos en dos tablas de piedra con el Dedo de Dios. Al bajar Moisés del monte la segunda vez, llevando consigo las tablas, resplandecía su rostro. Las tablas fueron luego depositadas en el Arca, la cual fue colocada en lo más íntimo del tabernáculo, encima de ella el propiciatorio y sobre éste querubines de oro. El lugar íntimo del tabernáculo, donde estaba el Arca, se llamaba el Sancto Sanctorum o Lugar Santísimo, y al exterior de este lugar había varios objetos que representaban las santas cosas del Cielo y de la Iglesia; a saber: la mesa cubierta de oro puro, sobre la cual se colocaban los panes de la proposición o panes de las faces; el altar de oro, en el cual se quemaba el incienso; el candelero de oro, con sus siete lámparas, y alrededor, formando paredes, las cortinas de lino fino, púrpura y escarlata. La santidad del tabernáculo venía exclusivamente del Arca con las tablas de los mandamientos, dados por Jehová. A causa de la santidad del tabernáculo, proviniendo de la Ley en el Arca, el pueblo de Israel asentaba campo alrededor del misino, por su orden, según sus tribus, y andaba por su orden en pos del mismo. Una nube estaba encima del tabernáculo durante el día y fuego durante la noche, A causa de la santidad de esta Ley y la presencia de Jehová en ella hablaba Jehová con Moisés de sobre el propiciatorio, de entre los querubines, y el Arca se llamaba Jehová allí. Bajo pena de muerte no debía Aarón entrar en el Lugar Santísimo sin ofrecer sacrificio o incienso. A causa de la presencia de Jehová en esta Ley y alrededor de ella se realizaron por medio del Arca muchos milagros. Las aguas del Jordán se separaron, cuando el Arca las tocó, y permaneciendo ella en medio del río, pasaron los hijos de Israel sobre el fondo seco. Los muros de Jericó cayeron, cuando llevaron el Arca alrededor de ellos; Dagón, el ídolo de los Filisteos, cayó postrado por tierra delante del Arca. Los Bethsemitas fueron heridos en número de muchos miles a causa del Arca, y Uzza murió por tocarla. El Arca fue llevada por David a Sión, con sacrificios y júbilo, y más tarde, por Salomón, al templo de Jerusalén, constituyendo luego el Sagrario de éste. Por estas cosas, y otras parecidas, recordadas en el Verbo, consta, que el Decálogo era la Santidad misma en la Iglesia israelita.